Revista Nro. 30

Índice:

Editorial

Fábula del Budismo Zen

Laberintos Sagrados

Vivir

Como grano de arena

Reflexiones


Editorial

Hola queridos lectores:

 

Un año más, y van...tres!!! Cuántas situaciones han pasado, alegrías, desilusiones, pasares y pesares, y la energía firme... con la ilusión y esperanza puesta en el futuro, trabajando para un "objetivo común", que parece tan lejano y por momentos tan presente...

 

Montones de sucesos y situaciones han tratado de probar nuestro temple, nuestro orgullo, nuestra tenacidad, nuestra por momentos, utópica, aparente e irrelevante fuerza, sin embargo, los que pensamos en ese "Mundo Mejor", en esa energía de visión con orejeras, sólo mira para adelante y da lucha a las adversidades, que las tomamos como "pruebas", lecciones, y un nuevo aprendizaje, y nos recuerda esa profunda frase, a veces tan poco trabajada en este mundo del: "levántate y anda".

 

Ojalá todos los que participan activa y pasivamente sientan esa devoción volcada en la revista, que no pretende la búsqueda del milagro, aunque creemos en otros seres que no son los que tocamos y vemos, que nos sentimos acompañados sin saberlo, qué locura no? Pero cuando encendemos la TV, acaso no nos preguntamos si los locos son los que están afuera y no adentro de los hospicios? Por todo eso y sabiendo que la cordura y la locura es un camino tan fino, como caminar por una cuerda colgante, nos animamos a transitarla y asumir ese riesgo.

 

No pretendemos que nos crean, nosotros solo estamos para acompañarlos y transitar, aunque por sendas diferentes, la búsqueda de ese Sol que todos llevamos dentro y que al final del trayecto creemos que lograremos llegar a una "unidad", aunque ya no tengamos la misma "forma".

 

Bienvenidos sean todos a este pequeño refugio que es "nuestra Revista", "benditos todos aquellos los que crean sin ver.." y los que se "levanten y anden", ese es nuestro deseo más profundo!!!

 

                                                                                                   Fusión... para crecer juntos!!!

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Fábula del Budismo Zen

«-Un hombre- contó el maestro a sus alumnos - tiene que encarar un largo viaje . En el camino se topa con un río. ¿Cómo cruzarlo? A nado, imposible. Piensa y piensa. Al mirar a su alrededor ve árboles, ramas, y decide hacer una balsa. La confecciona y cruza el río.»

 

La pregunta del maestro es la siguiente:

 

¿Debe el hombre conservar la balsa, cargarla sobre sus hombros durante el trayecto hasta el próximo río que habrá de cruzar? ¿ O debe desechar la balsa y lanzarse a la aventura y a la espera de lo que vendrá?

 

La respuesta correcta es usar la balsa y desecharla luego. Nadie sabe del próximo río y nadie sabe por lo tanto, por anticipado si necesitará una balsa ni qué balsa necesitará. Caminar con la balsa a cuestas, a modo de prevención, le impedirá caminar.

 

La seguridad es un peso. Es confortable, pero impide caminar.

 

La lección es clara y se aplica perfectamente al ideal de F. Nietzsche que conduce a la total devastación de dioses, balsas y soluciones prefabricadas.

Pensar es vivir este momento desde este momento y para este momento. Vivir en plenitud. Y en plenitud de inseguridad, porque a este momento sucede otro momento. Y hay que empezar de nuevo. Ni se enseña ni se aprende en forma definitiva, sino que el proceso es una renovación contínua del ser.

 

                                                                                                            «La Filosofía» Jaime Barylko

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Laberintos Sagrados

En estos tiempos de cultura global, hay un reavivamiento masivo de Artes Sagradas y formas de arte: ceremonias y rituales, otras alternativas en la medicina, las prácticas curativas, oraciones, mantras y cantos espirituales, las sagradas geometrías, mandalas... y por supuesto resucitaron los "laberintos" misteriosos...

 

Estas artes y formas de arte se llaman "sagradas" porque ellas son aprovechadas con una intención clara de transformación espiritual. El practicante, después de la sagrada experiencia de arte, no es igual que antes: sobrelleva un cambio global, sembrando en una nueva dirección, conlleva a una serie de visiones, una gracia especial, un vislumbre intuitivo... en síntesis alguna transformación ha ocurrido. Esto no proviene de la mente: es un cambio holístico, multi-dimensional que puede ser difícil fijarlo en un punto, pero no obstante puede sentirse, durante y después de la experiencia, como una sensación corporal, una contestación emocional o una presencia del espíritu. El campo de conocimiento es realmente afectado de varias maneras que pueden ser inmediatamente claras. El Ser entero está elaborado complejamente y dentro de él está lo sagrado y la llave a lo sagrado y está en la Intención: estar deseoso de una transformación, una respuesta, una solución, una visión y un nuevo sentimiento... estar deseoso de avanzar en la vida, en conciencia y en espíritu. El sentirse así nos permite entrar en el Gran Misterio de Quién Somos Nosotros.

 

Cualquier actividad (o no-actividad), en cualquier parte, se ha ido acercando con intención clara al " Arte Sagrado". Son honradas y veneradas las nuevas formas de crear, compartiendo y experimentando una sagrada transformación.

 

Los laberintos son semejantes a las sagradas formas de arte. Increiblemente, ellos están brotando en: los patios de las casas, en los edificios públicos, en parques, en la playa..., resucitando así un arte ceremonial antiguo.

 

¿QUÉ ES UN LABERINTO?

 

Los laberintos pertenecen a la familia de los "Mandalas" (en sánscrito "círculo que contiene al Ser"). Ellos guardan, activan y amplifican la energía espiritual de un lugar para que las personas que los pasean puedan experimentar un sentimiento de gracia, paz o santidad en su corazón, en su alma y en su espíritu.

 

Pueden encontrarse laberintos en todas las sagradas culturas del mundo, desde los Hopi a los Aborigenes australianos y hasta en las construcciones de catedrales cristianas. Los mandalas, los laberintos, son símbolos arquetípicos colectivos que transcienden a todas las culturas porque ellos conectan a la tierra, en conciencia con si mismos. Los laberintos no son exclusivos de una religión: las personas que pasean por laberintos pertenecen a todos los estilos de vida, creencias religiosas y prácticas espirituales.

 

Un Laberinto es una MINI-PEREGRINACIÓN a su propio Ego: una invitación abierta y una guía para encontrar Quién es Usted.

 

El mejor ejemplo conocido de laberinto es el incluido en el pavimento de piedra de la catedral de Chartres en Francia (siglo 12). Este era "caminado" (a menudo en las rodillas) en lugar de la peregrinación real a Jerusalén. Era una experiencia santa.

 

Si usted camina sobre un laberinto con la completa dedicación de un peregrino, usted no será el mismo al terminar: el viejo "usted" se conectará con la tierra a través de la piedra y un purificado "usted" surgirá, prepárese para asirse a nuevas direcciones en la jornada de su vida.

 

 

El laberinto de Chartres.

El clero de Chartres colocaba sillas en el diseño del laberinto para evitar eficazmente que las personas pudieran pasearlo. Pero, en el verano de 1999, nos encontramos con la feliz sorpresa de que el laberinto estaba abierto todas las tardes, por un periodo de tiempo, cuando retiraban las sillas. Nosotros tomamos esto como una señal de re-aceptación del sagrado poder del espíritu de esta forma de arte de ceremonial. De hecho, la ciudad entera de Chartres se dedicó al tema de el laberinto, planificando en los parques públicos talleres experimentales...

 

Figura 1- laberinto clásico. Note las correspondencias con los siete chakras, los siete colores, las siete notas musicales, etc... (El orden secuencial de los caminos es: 3-2-1-4 y 7-6-5-8)

 

Como un "curso único" (una camino dentro y uno fuera), un laberinto está mostrando una instrucción centralizada. Esto diferencia un laberinto común de este "laberinto" pues el primero tiene muchos caminos y extremos muertos, que llevan a confusión. Viva la vida y el destino, un laberinto puede demandar una larga jornada, pero tiene un principio específico y un extremo definido. Disfrute del mandala, un laberinto ofrece una ruta holística (serpenteando el radio) de la periferia al centro. Un laberinto imprime un "surco real", una senda ceremonial diseñada según los principios de la Proporción Armónica y de la Energía...

 

Por ejemplo, en el sentido de las agujas del reloj (sentido del Sol) y en sentido contrario a las agujas del reloj (sentido de la Luna) los giros de los caminos exponen un equilibrio entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro.

 

                                                                                                                                 Continuará...

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Vivir

Vivir, puede parecer para muchos un juego.

Pero no lo es.

Cada minuto de nuestra vida tiene un sentido, un valor incalculable. Porque nunca se volverá a repetir. Jamás regresará ese minuto.

Aunque muchos parecidos escalonan la larga serie de minutos y momentos de nuestra vida.

Por eso aprende a vivir sin desperdicios ni un solo segundo.

No con la avidez de un hambriento.

No con la desesperación de un moribundo.

Pero sí con la consciente responsabilidad de hacer cada día algo hermoso, útil, constructivo.

Un eslabón perfecto en la cadena de días y años.

Vivir con alegría, con fe, con amor, por esa vida que nos fue dada.

Encontrar en nuestras tareas, en nuestras luchas, esa especie de belleza fortificante, esa suerte de magia de cada batalla ganada, un trofeo alegre, alentador.

CADA DIA AMA...

CADA DIA PERDONA...

CADA DIA SUEÑA...

CADA DIA DISFRUTA...

...y entonces sentirás que vives de verdad.Y serás rico porque serás feliz.Mucho más que aquellos que sólo odian, castigan y maldicen. (CE)

                                                                                                    

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Como grano de arena

Este hecho que surge de la simple observación de la realidad, al parecer no es suficiente para exteriorizar los alcances de la misión que tiene la Tierra dentro del contexto de los astros, del mismo modo, tampoco nos dice nada sobre nuestra misión como seres inteligentes en ese mismo ambiente. Salvo contadas excepciones, nos perdemos en mares de pensamientos que lejos de aclarar nuestras inquietudes, más bien parecen impulsarnos a terrenos de sombras que nos dan explicaciones viejas, las que siempre parecen resultar más seguras y confiables que las sugerencias propuestas por una imaginación creativamente activada.

 

Y esto es así porque hay muchas situaciones que nos llenan de temor y nos impulsan a perder el contacto primordial con nuestra fuente de abundancia, ese lugar en el cual podríamos sentirnos contenidos y ajenos a cualquier cosa que podríamos llamar "mala", un paraje del alma siempre luminoso, donde brota la esperanza como fruto de la confianza en aquel Orden superior al cuál nada ni nadie puede quedar al margen.

 

Hace poco escuché una historia sobre los orígenes de nuestra humanidad que movilizó algo en mi interior acercándome datos que de un modo simbólico nos ayudan a comprender nuestra misión. Como buscadores desinteresados de la verdad, siempre estamos atentos a narraciones que más allá de los personajes que describen, o de las imágenes que nos muestran, nos traen distintas posibilidades de conexión con nuestros orígenes. Lamentablemente, aún debemos apoyarnos en la Fe para armonizar, nuestra necesidad de saber, con la certeza que debe existir sobre los hechos reales.

 

No obstante, en este rompecabezas en el cual lentamente colocamos alguna que otra ficha, vamos incorporando información buscando de manera intuitiva que se produzca un sentimiento de bienestar, el cual en principio, nos anunciaría que estamos en presencia de una verdad. Puede ser que no se trate de una verdad trascendente o decisiva, puede suceder que sólo sea un débil punto del complejo tejido de la existencia universal, pero igual lo vivimos con alegría, quizás porque nuestro concepto racional sobre lo que tiene importancia y lo que no la tiene se encuentre viciado por nuestros esquemas de funcionamiento, y ello provoque cierta confusión al no entenderse claramente a la luz de razón el motivo de aquella sensación de bienestar.

 

Creo que así como mencionábamos que nuestro planeta es especial dentro de un conjunto bastante amplio de astros, tenemos que reconocer que nuestra vida en él no es casualidad, así como tampoco lo es nuestra capacidad de tomar conciencia de las cosas arrastrando a través de milenios los mismos interrogantes, como una especie de impulso vital que nos obliga a plantearnos nuestro origen, el que a su vez se percibe como principio y también como finalidad de nuestra evolución, como si supiéramos que averiguando algo de nuestra primera hora pudiéramos comprender nuestro destino.

 

Este impulso que nos mueve, y que en ocasiones nos llena de dudas por las respuestas que encontramos, o que en otros casos nos hace crecer , es el hilo conductor por el que esa energía inteligente que llamamos Dios busca afinarnos en el concierto del Universo, pero tan importante como ese impulso es la intensidad con la cual exploramos estos temas, la misma se encuentra condicionada por la manera en que armonizamos nuestra antena receptora y transmisora, que es el cerebro a través de sus dos hemisferios, debiendo existir una cierta armonía entre el hemisferio izquierdo o racional y el derecho o intuitivo, para que se posibilite así la conexión con aquella energía primordial, dicho de este modo todo parece un problema de aprender a sintonizarse.

 

Pero volviendo a la historia de la que les hablaba, ésta se trata de un relato digno de una serie de ciencia ficción, ( aunque en nuestra historia hemos comprobado repetidas veces que al final la realidad supera la fantasía) y en síntesis dice lo siguiente: Hace más de 200.000 años una civilización sumamente avanzada necesitaba extraer oro para utilizarlo en un proceso vital para la vida de su planeta. Transitando por nuestro sistema solar, en un momento llegan a la Tierra encontrando el precioso metal. Dado que se trataba de seres muy evolucionados su nivel vibracional no les permitía tolerar la densidad de nuestra tercera dimensión, por lo cual, con el objeto de extraerlo se clonaron ellos mismos realizando cierta manipulación genética, que buscaba adaptar a esa incipiente humanidad, a las tareas que debían realizar, quizás éste sea el registro más antiguo que podamos reconocer sobre el significado de la esclavitud, lo cual explicaría la aceptación tácita de esa práctica entre las primeras generaciones de humanos, dando también sentido al valor que le hemos asignado al oro a través de todos los tiempos.

 

Quizás esta especie de experimento humando, fue algo realizado para lograr un objetivo puntual como el descripto (que aún hoy no ha concluido) o bien, se salió de control y adquirió fuerza de crecimiento por sí mismo, tomando impulso hacia el nivel evolutivo del cual proviene. Lo cierto es que aún con las limitaciones que nos produce nuestra forma de pensar, como si tuviese incorporado en nuestra mente, algún tipo de freno, que no sabemos bien de donde viene, pero que cumple perfectamente esa función, avanzamos permanentemente hacia niveles más altos de comprensión.

 

Se dice que esos seres ya eran conscientes de su divinidad, de su participación dentro del plan maestro, por ello el ser humano aunque modificado, conserva en su esencia esa chispa divina que nos hizo formar parte del Orden universal consciente.

 

Más allá del relato, cuando terminé de escucharlo, me vino a la mente la idea de la semilla que tiene en potencia una gran posibilidad de llegar a ser lo que su programa genético le indica. Desde luego que no tendrá la libertad que nosotros tenemos de ser conciente de ese proceso y hasta incluso no será capaz de elegir su destino individual, o sea tendrá una vida sujeta a ciertas leyes para ella inmodificables. Sin embargo la metáfora creo que es buena para comprender el camino que transitamos. Algo en nosotros nos dice que hay un más allá, pero no sólo en el sentido de trascender la muerte, sino que hay una especie de crecimiento, de desarrollo de algo que en nosotros está en potencia y avanza para irse transformando en un ser que aún no sabemos como terminará pero que sin lugar a dudas será muy distinto al ser humano que conocemos.

 

Nuestra historia, breve para lo que es la vida del Universo, nos muestra como seres capaces de las más terribles atrocidades y de las más nobles acciones, un cierto contrasentido que divide las opiniones acerca de lo que nos puede suceder como especie entre aquellos que imaginan nuestra autodestrucción y los que ven un futuro brillante capaz de llevarnos enriquecidos de regreso a la fuente primordial, quizás mediante procesos muy movilizadores y traumáticos pero solo producidos como consecuencia de nuestra resistencia al cambio, que genera tanta fuerza para quedarnos en lo conocido, que termina convirtiendo en un proceso doloroso algo que se podría experimentar de una manera amorosa, cumpliéndose aquello que dice: "lo que no aprendemos por amor, lo aprendemos por dolor", que importante sería darnos cuenta que a esta altura de la evolución ya estamos en condiciones de superar esta forma.

 

Como vemos el interrogante está planteado, debemos elegir en el día a día a través de nuestras actitudes, que camino tomaremos. Avancemos prudentemente pero con paso firme, hacia una conciencia que vaya dejando de lado, las inseguridades y los miedos, que nos libere de ataduras del pasado incorporadas en nuestro código genético y nos permita modificar nuestras estructuras con la fuerza de nuestra intención, alzando la vista para ver más allá del cielo, para contemplar las estrellas y sintetizar todo en un solo punto, que al igual que nosotros no sea más que un grano de arena en el desierto.

 

Elaborado por Luis Ramos

lramos_42@latinmail.com

 

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Reflexiones

Tal como lo había iluminado toda su vida, también ahora el entendimiento iluminó ese instante de la existencia de Juan Gaviota. Tenían razón. Él era capaz de volar más alto.

 

La criatura estudiosa que llevas adentro, el inquieto ser espiritual que encarna tu auténtica personalidad, te guía por la vida. No vuelvas la espalda a los futuros posibles antes de estar seguro de que no tienes nada que aprender de ellos.

 

Tienes que comprender que tú eres tu propio instructor. Lo que necesitas es encontrarte a ti mismo un poco más cada día.

 

                                                                                                                                   Juan S. Gaviota

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